jump to navigation

Benchmarking Sanitario, Opacidad, Ideología y Comunicación. 18/12/2012

Posted by alopezdelval in Crisis.
Tags: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,
trackback

Hace semanas que no escribo en mi blog, afortunadamente bastante trabajo lo ha impedido pero también cierta desmotivación viendo los acontecimientos que se están produciendo en España, la crisis aumenta y se ahonda, las empresas se perpetúan en la crisis, el paro se dispara, nuestros mentores no encuentran la “receta”, Europa nos ahoga, diferentes sectores públicos levantados en protestas, etc.

Por otro lado acabo de leer dos titulares esperanzadores, uno del Gobierno y otro de Kevin Gardiner (Barclays), en los que podría parecer que ya hemos tocado el fondo del agujero (después de cavar durante muchos meses) y que posiblemente no caigamos más. Lo que no se especifica es cuándo tomaremos la senda ascendente pues podemos seguir en el hoyo muchos años.

Y me permitiréis no mentar los “brotes verdes” por las connotaciones que trajeron después de su acuñamiento.

Lo que está claro es que las situaciones posteriores nunca volverán a ser las que han sido, y yo lo defino como la “necesidad de cambiar”.

Llevo abogando porque nuestro Sistema Sanitario necesita un CAMBIO, cambio radical, en su modo de organizarse. Lo habréis leído hasta la saciedad en este blog.

Y realmente pienso que se necesita un cambio, no sólo en la Sanidad, sino en la Educación, en la concepción territorial del Estado, en el Sistema Político, en la Judicatura, en el Sector Financiero, en el Energético…

Mucho parece. Quizá soy iluso, pero se oían y se oyen crujidos en todos ellos.

Lo que probablemente hay que definir es a qué le llamamos “cambiar”. Creo que a nadie se le escapa que la estructura, tal y como la concebimos, es difícilmente sostenible.

Y no veo posible, ni recomendable, ni justo, disminuir el número o calidad de las prestaciones científicamente probadas, luego solo queda ser más eficiente.

Y porque el futuro que viene es de mayor gasto sanitario derivado de técnicas más caras y de un envejecimiento de la población que producirá un aumento del uso de los recursos.

Recordemos también que cuando el Sistema parecía sostenible, casi todas las CCAA optaron por la implementación de diferentes fórmulas de gestión al margen de la convencional, independientemente del partido gobernante en ese momento. Creo que este es el mejor reflejo de que las fórmulas tradicionales no parecían el mecanismo público adecuado para poder gestionar un Sistema Sanitario, y de un modo u otro lo aplicaron todos.

Pero sin dinero en caja, y sin expectativas a corto (y quizá medio) plazo, las circunstancias se tornan aún más complicadas, ni siquiera con los extraordinarios incrementos impositivos a los que estamos siendo sometidos los ciudadanos y que nos colocan a la cabeza del mundo en este sentido.

¿Qué tenemos ahora? Una severa divergencia, o polarización, cada vez más acusada entre los partidarios de un cambio radical y los que no lo son (o al menos no lo son tanto).

¿Por qué se produce esta polarización de las posiciones?

Uno de los motivos es claro, el ideológico. Siguiendo con mi modo de expresarme, huyo y huiré de todo posicionamiento en este sentido.

Por supuesto que tengo mi propio pensamiento, pero intento que no perturbe lo que considero un pensamiento racional, poniendo en cada platillo de la balanza lo que corresponde por sí mismo, no porque lo pida el cuerpo.

Por esto zanjo el tema de la ideología. Y porque quiero creer, necesito creer, que hay más motivos, pues si únicamente fuera por este difícilmente se alcanzarán metas.

¿Qué más motivos puede haber para la polarización?

Otro motivo puede ser lo que un buen amigo en redes sociales ha calificado como “el espacio de confort” (marco estatutario, plaza en propiedad, etc.).

Esta afirmación, hecha en Twitter, le ha valido furibundos ataques personales y profesionales, que me reafirman más en el pensamiento de la polarización.

Sin embargo ese “espacio de confort” existe. O quizá existe el miedo o reparo a perder parte de los derechos adquiridos, hecho que es normal y entendible.

Sin embargo mencionaré dos cuestiones al respecto.

  • La primera es que la gran mayoría de la economía productiva funciona bajo el derecho laboral.
  • La segunda es que hay que reflexionar sobre ciertos estatus, teniendo enfrente a casi 6 millones de parados, 600.000 autónomos en la calle y más de 200.000 empresas (microempresas en su mayoría) desaparecidas.

Bien es cierto que un cambio en la fórmula organizativa puede dar lugar a una mayor exigencia y control de las actividades sanitarias.

Aun así mantengo una duda razonable sobre la capacidad, o el interés, de cualquier Gobierno a modificar el estatus y los derechos adquiridos de los profesionales y trabajadores de la Sanidad.

¿Más motivos? Sigamos pensando.

Se argumenta la pérdida del Sistema Público de Salud en cuanto a sus garantías de Universalidad y Gratuidad.

Sobre la Universalidad, aunque sé que muchos no piensan así, es un concepto abstracto que necesariamente debe aclararse y acotarse. Universalidad no es el universo.

Si es cierto que la existencia de una “lista positiva” de asegurados se asemeja más a un Sistema de Seguridad Social que a un Sistema Nacional de Salud. Esto es un cambio.

Ya comenté en posts anteriores que el Real Decreto Ley 16/2012  de “Medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones” no resuelve el problema, porque el problema no es sanitario, sino social.

Aunque puede generar problemas sanitarios como la saturación de los servicios de urgencias o el mal control de enfermedades infecto contagiosas.

Pero también considero que es insolidario el no regular el acceso, insolidario para los ciudadanos que tienen derecho a las prestaciones y a los que pagan impuestos.

Como todo en esta vida, es necesario marcar una raya en el suelo. Lo difícil es saber dónde ponerla.

Y con respecto a la gratuidad, pues obviamente sabemos que no es gratis a 1.300 euros per cápita y año.

Sin embargo he leído frases al respecto de que los pacientes van a tener que entrar con la tarjeta VISA en la mano en lugar de la Sanitaria. Que serán peor atendidos. Que se les negarán pruebas diagnósticas o terapéuticas.

Estas afirmaciones me parecen una osadía malintencionada. ¿Alguien cree que estas situaciones pueden producirse de verdad en el marco público sanitario? ¿En qué se basa para afirmarlo?

Y políticamente hablando, si realmente fuera cierto, sería una mayúscula torpeza que descabalgaría al Partido que lo llevase a cabo del Gobierno durante décadas.

¿Más motivos?

Hay uno que me parece relevante, la OPACIDAD.

Genéricamente hablando las cuentas públicas deben ser transparentes, así como la acción política y la gestora.

Sí, hablo de España.

En relación a la Sanidad, cuya utilización muchas (demasiadas) veces es política, no disponemos de datos. Hablo de BENCHMARK.

En este blog me he preguntado, y reclamado, porqué no existen datos públicos comparables entre hospitales y Sistemas Autonómicos de Salud, absolutos y relativos, de efectividad y de eficiencia, de estructura, proceso y resultado. Es la OPACIDAD del sistema.

OPACIDAD del Sistema que casi todos los gobernantes han practicado, independientemente de su adscripción política.

Sólo con datos, luz y taquígrafos, podremos hacer valoraciones profesionales de los diferentes modelos.

Y es esta OPACIDAD la que, posiblemente, esté emponzoñando el actual debate sobre el modelo sanitario.

De los pocos estudios comparados que podemos disponer está el de la consultora IASIST llamado “Evaluación de Resultados de los Hospitales en España según su Modelo de Gestión”.

Primeramente emitiré mi opinión sobre la consultora y el informe.

IASIST es una empresa modelo en España en cuanto a Sistemas de Información y Consultoría. Además hace el trabajo que las diferentes Administraciones deberían hacer. Es una empresa, por lo menos hasta donde sé, que trabaja con el conocimiento, rigor y metodología científica.

El informe al que aludo creo que tiene un buen método. Todos los estudios científicos son cuestionables, para eso son científicos. Y tiene el mérito de ser el único realista (empezando porque dispone de datos y variables) que actualmente podemos encontrar en España.

Y sus conclusiones parece que son favorables a los modelos no estatutarios, especialmente en cuanto a eficiencia y productividad.

Es posible que el estudio no sea perfecto, que tenga sesgos y factores de confusión no resueltos, pero es el único que hay por el momento.

Me resulta preocupante que profesores del nivel de Vicente Ortún indica que “es un estudio tramposo … pues está interesado en que el producto salga bien”.

No sé si tiene que ver con la IDEOLOGÍA, he leído en redes sociales a muchos colegas que tachan el estudio de “comprado”.

Al hilo del profesor Ortún, este manifiesta, ante la falta de tesorería de la Administración, que: “Bueno es que si yo fuera Capio, iría a cualquier comunidad y le diría: Mira te adelanto tesorería para dos meses, pero a cambio quiero la Cibeles, Neptuno, la torre mudéjar”.

Cierto, es un riesgo, como el que ya se ha producido en algunas CCAA en épocas pretéritas, donde unos grandes almacenes muy conocidos (creo se llaman “El Tajo Bretón” o algo así) financiaron las nóminas públicas de noviembre y diciembre. Y estos almacenes tienen suculentos contratos con la administración. Y creo que no pasó nada.

¿Más motivos?

La COMUNICACIÓN. Los errores en la comunicación, mejor dicho.

En el marco de las actividades públicas la Comunicación es un elemento fundamental, y más a la hora de explicar porqué se realizan cambios. Y especialmente cuando estos cambios son bruscos o importantes.

Y la comunicación es bidireccional. El que comunica también debe escuchar posiciones alternativas.

No debemos olvidar que los seres humanos somos, por naturaleza, conservadores (de nuestra posición).

Hay organizaciones políticas que tienen una maquinaria de comunicación efectiva, y hay otros que parece carecen de ella. Sí es posible que las urgencias del momento no permitan hacer grandes malabares en comunicación, pero es imprescindible dedicar el tiempo necesario para explicar y justificar ante la opinión pública las decisiones políticamente tomadas.

Y a ser posible, o mejor dicho, necesariamente, con datos, soluciones y alternativas, tanto por parte del Gobierno de turno como de quien se opone a sus proyectos.

EL CONFLICTO SANITARIO ACTUAL.

Todo lo mencionado anteriormente, en mi opinión, ha dado como resultado la generación de un conflicto social y sanitario alrededor de la Sanidad. Conflicto que podría haberse minimizado o atemperado.

Este conflicto se fundamenta en la llamada privatización de la Sanidad, pero ya que “pasaba por ahí” se está produciendo paralelamente un ataque a un sector, la Sanidad Privada, que genera el 2,5% de PIB nacional.

En muchos artículos, blogs, periódicos, se contrapone la sanidad pública como el “bien” y la sanidad privada como el “mal”. Grave y peligroso reduccionismo que puede volverse en contra de quien lo exprese, pues los sistemas o las herramientas no son ni buenas ni malas, lo es el cómo se utilicen.

Desde la Sanidad Pública son escasas las manifestaciones autocríticas ante el Sistema, más bien al contrario. Oyendo o leyendo lo que se está publicando se transmite a los ciudadanos que lo que se está intentando es “acabar con el Sistema Sanitario Público”.

Mientras están siendo numerosos los “martillazos” que se están propinando a aquellos que pueden (o podemos) cuestionarnos la ortodoxia imperante. Creo que es injusto.

Habréis comprobado que he omitido la palabra privatizar consciente y voluntariamente hasta el final del post, y he utilizado la palabra cambiar, como contrapartida a lo que llevo leyendo hace unos meses, como es “vender”, “malvender”, “regalar”, “saquear”, “robar”…

Me permitiré introducir un matiz semántico de la RAE:

  • Privatizar: “Transferir una empresa o actividad pública al sector privado”.
  • Transferir: en su 4ª acepción es “Ceder a otra persona el derecho, dominio o atribución que se tiene sobre algo”:

Efectivamente podemos considerar que se privatiza la gestión, pero en ningún caso la tutela, la obligación de los poderes públicos de prestar asistencia sanitaria a los ciudadanos.

No conozco a ningún ciudadano (por ahora), con una dolencia, que reniegue de aquel profesional que le atiende en tiempo y forma, y le resuelve o palía su enfermedad, independientemente de que en su bata lleve un logotipo u otro.

Podría argumentarse que los médicos que desempeñan su labor en fórmulas PPP / PFI no tienen libertad clínica, que escatiman en recursos. Estas afirmaciones no puedo compartirlas de ningún modo, y si es así hay primero que demostrarlas y después denunciarlas.

¿Ha sido correcta la Planificación Sanitaria de la Comunidad de Madrid? No dispongo de los datos suficientes como para responder, pero grosso modo parece que sí ha habido un exceso de construcción de nuevos hospitales y ha faltado una reordenación paralela en el núcleo urbano, y como ya publiqué hace años en un periódico local de Aragón, esta construcción probablemente le genere a Madrid problemas de tesorería a medio y largo plazo por recurrir masivamente a la fórmula PPP.

Y el quid de la cuestión, ¿qué fórmula es más eficiente?

Los datos sobre el coste del modelo convencional y de modelo concesional no están claros, pues como he mencionado anteriormente estamos en un marco de OPACIDAD.

Pero disponemos de los datos de IASIST y de los precios per cápita a los que se adjudicaron por gestión capitativa, que en la adjudicación eran ostensiblemente más baratos.

La Consejería de Madrid indica que los datos per cápita son inferiores a la media de gasto en hospitales convencionales. Otras organizaciones indican lo contrario.

Leo en medios de comunicación que algunas organizaciones hacen un cálculo por cama, por lo que son más caros. Y seguramente lo son, porque son hospitales que ya nacen con otra concepción hospitalaria, con una mayor ambulatorización de procesos e intentando minimizar la hospitalización. Obviamente el ratio cama no sirve.

Por el bien del Sistema Sanitario Público desearía, de una vez y sin que sirva de precedente, que la IDEOLOGÍA y la OPACIDAD desaparecieran del debate sanitario, que haya COMUNICACIÓN y BENCHMARKING para disponer de datos de comparación reales que permitan una toma de decisiones racional.

Esto es lo que demandamos los ciudadanos, los profesionales y, en mi caso, los gestores.

Y de un modo u otro, la realidad actual de nuestro Sistema Sanitario es que necesita un cambio, no un lavado de cara, para hacerlo financieramente sostenible de cara al futuro, para que mi hijo lo pueda disfrutar, si es posible en mejores condiciones que el actual.

Feliz Navidad a todos.

LECTURAS RELACIONADAS (para todos los gustos)

Evaluación de resultados de los hospitales en España según su modelo de gestión.

¿Una Sanidad en la UVI?

Lo que le pedimos al Consejero es Transparencia.

Cada cama ‘privatizada’ le cuesta a Madrid 665 euros más que una pública.

Con el gasto hospitalario es fácil hacer trampa.

El problema es que la sanidad pública está absolutamente politizada.

Cuando vinieron a por mí.

Gestión Privada de la Sanidad Pública: ¿más barata y mejor?

Los sindicatos entregan a Sanidad sus propuestas.

Las mentiras de las batas blancas.

Comentarios»

1. Benchmarking Sanitario, Opacidad, Ideolog&iacut... - 05/05/2013

[…] Hace semanas que no escribo en mi blog, afortunadamente bastante trabajo lo ha impedido pero también cierta desmotivación viendo los acontecimientos que se están produciendo en España, la crisis au…  […]

2. José María González-Gay García. Cardiologo y ex-directivo - 14/01/2013

Felicitaciones por tu nombramiento en mi Hospital, Fundación Hospital de Calahorra.
Animo en la tarea
Un saludo,
Chema

alopezdelval - 14/01/2013

Muchas gracias José María. Esta es labor de todos…

3. Carlos Albert Arenas (@ArenasKray) - 18/12/2012

Se agradece una reflexión centrada y serena sobre el asunto y de una persona que conoce bien el sector sanitario en profundidad tanto público y el privado

alopezdelval - 18/12/2012

Gracias Carlos.
Un abrazo.


Deja un comentario